La tierra prometida

miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡Ahora o nunca!



El mandato está en pie: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”, Marcos 16:15.


¿Qué ha sucedido? ¿Por qué el mundo no ha sido evangelizado ni una sola vez?

Hay dos factores principales: El aumento extraordinario de la población del mundo, unido a la merma del poder de la Iglesia.

En el mundo nacen millones de seres humanos cada año. De esos millones, la Iglesia (incluyendo todas las iglesias, denominaciones, concilios, etc.), solamente alcanza el cuatro por ciento cada año. El 96% de esos millones de almas se quedan sin evangelizar cada año. Cada día el mundo se torna más pagano. La labor de la Iglesia está muy por debajo de las demandas de Dios.

La Iglesia ha perdido su poder, porque ha perdido su visión por las almas perdidas. El poder de Dios hace falta para ser testigos, para evangelizar al mundo (Hechos 1:8). Si no hay evangelización mundial en grande escala, al estilo de la iglesia apostólica, no hace falta el poder de Dios al estilo apostólico. Es por este fatal y criminal descuido en la evangelización mundial, que la Iglesia ha perdido su poder.

La Iglesia sin poder, ahora está entregada a planes y empresas sustitutas y secundarias, como actividades sociales, intelectuales, culturales, artísticas, teatrales, etc. Es doloroso el espectáculo de ministros del evangelio convertidos en empresarios teatrales. Si la Iglesia abandonara todas esas actividades sustitutas y se dedicara a su ÚNICA empresa, la evangelización del mundo en gran escala, el poder de Dios le sería restaurado en toda su gloria al estilo apostólico, y el mundo sería evangelizado en poco tiempo.

Estamos en la encrucijada del tiempo. Las tinieblas se ciernen sobre toda la humanidad. La sombra del Anticristo se proyecta sobre la política del mundo. Pronto terminará toda oportunidad.

Iglesia de Jesucristo, suelta las ataduras y levántate a evangelizar el mundo. ¡AHORA O NUNCA!

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